“"y les dijo a sus hombres: —¡El Señor me libre de alzar mi mano contra mi señor el rey! ¡Si él es rey, es porque el Señor lo ha escogido!" 1 Samuel 24:6
Un consejo: aunque tengas razones para hablar mal de alguien que te ha hecho daño, calla. Cuando en tu mano esté el abrir o cerrar la puerta a alguien que te ha hecho mal: ábrela. Cuando Dios te de la oportunidad y el poder para inclinar la balanza a favor de alguien que te hirió y que desde tu perspectiva te ha querido destruir: inclínala a su favor.
Es allí donde morimos, donde nos negamos, donde le seguimos. Es
allí donde ocurre la transformación, se da el crecimiento y se expande la influencia del liderazgo. Es cuando parece que perdemos, que en realidad ganamos, porque no se trata de mi o mi reputación: se trata de Jesús y su gloria.
Ojalá que no contribuyamos a la pestilencia que exalta a satanás. Dios quiera que en la puerta del horno de fuego, podamos resistir la tentación de negar a nuestro Dios. El tuvo todas las razones para defenderse, sin embargo enmudeció. El era inocente, pero fue acusado injustamente y su respuesta sigue resonando hoy: Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen.
Dios nos encuentre aprobados y nuestras actitudes, testimonio y palabras despidan un olor grato delante de Su trono.”
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